Lo que los mejores Directores de RR.HH. hacen para que, hasta el empleado más torpe, pise a fondo el acelerador de su empresa.

Eliminar la barrera del idioma,

es el denominador común para abrir mercado y nuevas oportunidades de negocio, atraer inversores y socios estratégicos, rentabilizar proyectos, captar clientes en ferias, internacionalizar la atención al cliente, o negociar en mejores condiciones.

Cuando los idiomas son un obstáculo que impide tener un personal mejor cualificado para ejercer su trabajo, se pierden proyectos, ventas y clientes por culpa de una comunicación poco eficaz. Y esto afecta directamente al crecimiento y expansión de cualquier negocio.

Entonces,

si tu intención es evitar esto para que tu empresa crezca más rápido, sea más rentable y Dirección General tome buena nota, en esta página descubrirás cómo dominar (de verdad) el idioma de negocios que estáis usando, de la forma más simple, efectiva y realista, con:

«Professional Languages 4 Business»

Respondiendo a tus preguntas:

¿Dará resultado?

─ Saber comunicarse bien en un mercado global es requisito ineludible que no dejan al azar las empresas con mayor ventaja competitiva.

Para dar el salto continental o incluso mundial han mejorado su capacidad de negociación comercial en el idioma, y multiplicado así la probabilidad de éxito en la expansión a mercados internacionales.

Con la implantación de un idioma común en sus operaciones internas tras la fusión o compra por grupos multinacionales, han mejorado su productividad operativa y la toma de decisiones estratégicas, reduciendo confusiones y agilizando la comunicación.

Todas ellas saben que la comunicación va más allá que la simple habilidad de hablar un idioma. El reto es entenderse.

 

En el camino, 

hay muchas empresas que tratan con clientes de fuera y sus empleados, que sobre el papel tienen un buen nivel del idioma, no se atreven a hablar con nativos y pierden negocios por no entender bien a su interlocutor. 

Excelentes profesionales que tiemblan cuando van a hacer una simple llamada, y balbucean cuando les preguntan después de una presentación, o defienden una propuesta. 

Algunos no abren prácticamente la boca durante una cena de trabajo internacional porque no saben seguir una conversación informal. Justo donde se cierran más tratos se limitan a sonreír.

En otros muchos casos…

tiran a la basura la inversión en ferias para captar clientes. Montan el stand pero no se atreven ni a presentarse, y dependen de uno de ellos que es el traductor de todos.

Por no hablar de malentendidos con clientes y proveedores, que pronuncian con un acento y dialecto propios de su cultura y país. 

Y si el idioma no se usa en la mesa de negocio, la formación es un gasto no una inversión.

¿En cuánto tiempo dará resultados?

Algunos cambios tangibles aparecerán en las primeras semanas.

Por ejemplo:

En el primer mes, tanto CEO’s como directivos se sentirán capaces de participar más en las reuniones y no quedarse callados como antes, por temor a que no les entiendan o a expresarse mal.

Y a medida que pasen las semanas…

Podrán hacer presentaciones y sentirse más sueltos, con menos miedo a fallar. Primero serán más sencillas y poco a poco podrán subir el nivel de complejidad. Tendrán más soltura al hablar y no sentirán miedo al ridículo. Sabrán conectar frases más largas y utilizar expresiones y jergas propias de la cultura y el idioma.

Por otra parte…

En el mismo periodo de tiempo, los empleados empezarán a tener más soltura en llamadas, emails y conversaciones.

¿Cómo sé que NO me equivoco contigo?

─ Escoger el partner adecuado que ofrezca un plan de idiomas robusto y fiable, no es una decisión trivial. 

Recursos Humanos tiene en sus manos actuar como palanca en la estrategia y el negocio de la compañía. 

Y a través de la creación de una cultura corporativa y una mejora continua del talento, fomentar la satisfacción y el compromiso de los empleados para alcanzar ese objetivo.

Pero corren el riesgo de planificar la formación, gestionar todo el papeleo, asignar el presupuesto, y al final todo para nada. Los alumnos no asisten, o lo que aprenden no les sirve.

Y cuando esto pasa…

 

¿Qué siente exactamente un director de RRHH cuando fracasa una formación de idiomas, cuando llevan años pagando formaciones y el resultado siempre es el mismo? 

¿Qué consecuencias tiene para él o ella personalmente… estrés, frustración, presión de dirección, mala imagen? 

¿Qué consecuencias tiene para la empresa, dinero perdido, clientes frustrados, oportunidades perdidas, ridículo internacional? 

¿Qué han probado antes que no funciona? ¿apps, profesores, cursos genéricos, gramática eterna?

¿Por qué fallan todos esos sistemas? 

¿Qué quiere ver de verdad un director de RRHH? ¿Empleados hablando con confianza, menos carga de gestión, resultados rápidos, impacto en el negocio?

¿Cómo se siente él/ella cuando consigue eso?

¿Busca solo justificar su presupuesto ante dirección, o busca avances reales en su gente?

Formulando estas preguntas, vi una oportunidad ante todas esas formaciones que no daban respuesta a lo que de verdad necesitaban las empresas y en concreto los profesionales de RRHH. Empleados que ganaran seguridad real, que pudieran hablar sin miedo el idioma y sentirse orgullosos de sí mismos, que lo que aprendieran sirviera para su día a día y que además disfrutaran del proceso

Y eso, no lo encontraba en ninguna otra formación.

Era una oportunidad para hacer mejor las cosas.

No enseñaría un idioma, entrenaría un idioma en escenarios reales.

Con un objetivo claro. Lograr una comunicación clara, efectiva y cohesionada en todos los niveles de una organización y en las relaciones comerciales e institucionales de una empresa que opera en múltiples países.

¿A qué te refieres con «el empleado más torpe»? (Porque tengo algunos que son peores que torpes)

Me refiero al que rinde menos. 

Empleados que utilizan en el trabajo una parte muy pequeña de todo su potencial, que pueden hacernos pensar, por error, que son trabajadores mediocres. 

Normalmente no ocurre por falta de inteligencia, sino por falta de motivación y compromiso con la empresa. No dominan bien las herramientas de su trabajo o el idioma con el que se coordina el negocio, y sienten que no son capaces y que nadie hace nada para solucionarlo.

En cualquier caso, 

cuando los trabajadores tienen los recursos adecuados y ven que es mucho más fácil llegar a los objetivos, los niveles de ansiedad bajan, hay mejor ambiente laboral, menor rotación y menos bajas en la plantilla.

Posiblemente, afianzar el compromiso de todos empleados sea una de la formas más inteligentes de aumentar la productividad de una empresa.

Por eso creé una formación de idiomas del más alto nivel. Capaz de convertir en motor de crecimiento incluso al «más torpe».

Y es justo lo que te voy a proponer.

¿Cómo funciona?

En las clases utilizamos un método inmersivo. Exponemos a los alumnos a situaciones en las que DEBEN y NECESITAN hablar el idioma. Les enfrentamos a los mismos retos que viven en su día a día, en el trabajo, con clientes, en reuniones, para que sepan qué decir y qué no a cada momento, sabiendo las palabras, expresiones y jergas exactas que requieren ese tipo de conversaciones y sectores.

Aprenden escuchando y comprendiendo el contexto. No memorizando reglas de gramática gramática o palabras sueltas. Ni tampoco rellenando huecos en frases, ni utilizando apps, ni ejercicios genéricos de listening.

Lo hacemos mediante Role Playing. Y de esta forma absorben el idioma como una esponja. 

Es infinitamente más efectivo.

Así, al estar familiarizados con situaciones reales de su entorno laboral, el nuevo idioma se vuelve algo natural para ellos.

 
 

La gente olvida pronto lo que aprende, porque casi nada de lo que practican es útil en su trabajo. Ese es el motivo por el que las típicas formaciones de idiomas son improductivas en las empresas.

Es inútil intentar hablar un idioma fluido y con acento auténtico a base de memorizar y repetir como un loro.

En cambio, nunca olvidas lo que te motiva aprender. Es más necesitas divertirte para aprender.

Y con esta forma de enseñarles lo que no quieren es que se acaben las clases.

Hay muchas formaciones de idiomas en el mercado, ¿en qué se diferencia la tuya?

Sabemos que el mayor freno para soltarse y dominar un idioma es el miedo a hacer el ridículo. Y eso es lo primero que consiguen nuestros alumnos. Eliminan la vergüenza y el miedo a equivocarse, a sonar «como un indio», a quedarse en blanco… para hablar tranquilos y confiados.

De nada sirve enseñarles un idioma, si esto no está resuelto de inicio.

Nuestros profesores, formados en inteligencia emocional, detectan y trabajan los bloqueos emocionales (miedos, inseguridades y creencias) para que el aprendizaje fluya.

Lo mejor de la metodología y donde realmente se ve la transformación, es en los role playing que organizan con cada grupo. Crean un entorno lúdico y seguro en el que los alumnos se divierten y se «lanzan» eliminando de un plumazo sus inseguridades. Un espacio para participar y equivocarse con la tranquilidad de que nadie les hará sentir mal por ello.

Es la única manera realista de dominar un idioma y eliminar bloqueos. Exponerte a situaciones reales del día a día en el trabajo, aquellas en las que hablar el idioma y hacerse entender, no es una opción sino una absoluta necesidad.

 

Muchos piensan que no están hechos para los idiomas. Que son unos ineptos para aprender otra lengua.

Pero la realidad es que el bilingüismo es algo natural para nuestro cerebro. El cerebro puede combinar palabras de dos idiomas distintos con la misma facilidad que lo hace en un solo idioma.

Usa el mismo mecanismo. No hay ninguna diferencia.

O sea estamos “equipados” para poder hablar varios idiomas sin dificultad. El secreto para desbloquear ese «poder» está en exponer a los alumnos a los mismos retos que viven en su día a día.

Todo esto que te acabo de contar, la importancia vital de aprender mediante el lenguaje inmersivo y aprovechar la ventaja de nuestro bilingüismo “natural», es algo que NO se logra en las clases tradicionales.

Vamos a profundizar más en la falta de seguridad que tiene la gente con nivel avanzado para hablar y entenderse con nativos. 

Un problema común para las empresas que quieren expandirse o tienen clientes de fuera, que no han solucionado con las formaciones que han hecho hasta ahora.

Sé lo frustrante que es intentar comunicarse en otro idioma y no poder expresar lo que necesitas. Querer mostrar tus habilidades como profesional, y en lugar de eso, quedarte ahí en silencio mirando y sonriendo.

Muchas veces sientes que la gente no te toma en serio porque no tienes fluidez en su idioma. Incluso puedes sentir la impotencia de no poder explicar tu gran idea que puede resolver los problemas por los que está pasando tu cliente, o tu empresa, simplemente porque no te entienden. Por tanto, tu idea ni siquiera la toman en consideración.

Y es un problema más de confianza y miedo a hacer el ridículo, que de capacidades brutas.

Con el método inmersivo y el trabajo emocional esto no pasa. 

Los alumnos que empiezan desde cero comienzan a poder comunicarse con nativos en pocas semanas. Y los que ya tenían conocimientos previos, aprenden a aplicarlos con gran soltura y fluidez.

No necesitas ser gramaticalmente correcto. No necesitas tener la pronunciación de un nativo, no necesitas tener un vocabulario de miles de palabras.

 

Lo que te enseñan la mayoría de formaciones no está aplicado a tu entorno. Para alcanzar un nivel aceptable, tendrías que «sufrir» al menos 5 años en una academia de idiomas.

Por eso muchos se desmotivan y prefieren seguir trabajando en lugar de asistir a las clases.

Es, como digo, la inseguridad y el miedo lo que impide hablar delante de personas nativas, atender llamadas, escribir emails o hacer presentaciones. 

Emociones que impiden llegar al nivel de excelencia necesario para poder relacionarse y competir a nivel internacional.

Estos son algunos casos en que he ayudado con esta formación a conseguir resultados tangibles:

Tres casos rápidos.

No doy nombres por una cuestión de discreción.

─ «Hemos podido seguir una reunión de 3 horas totalmente en francés con el Director General y los Directores de Área. Estamos muy contentos de poder hablar tranquilos comiendo en el restaurante con el director general francés, que no habla nada de castellano ni inglés. Las relaciones de mesa son a veces más importantes que las de negocios. Y después de 2 meses ya entendemos el 75% de la conversación». ─ Director comercial de área (empresa sector automoción)

─ «Personas del nivel A2 (un nivel principiante) ya han empezado a contestar los días de mucho trabajo en alemán, para efectuar los cambios de reservas de viajes con atención telefónica. Han ganado mucha seguridad y confianza con los role playing que practican en cada clase». ─ Director de RR.HH. (empresa turoperadora)

─ «Era vital que nuestros transportistas se entiendan en inglés con los encargados de mercancías en los puertos, que son cada uno de un país diferente, para ser más eficientes, cargar toda la mercancía, no perder nada, y gestionar el papeleo correctamente» ─ Director General (empresa de Transporte Marítimo Internacional)

No asumas que vuestros resultados serán similares a estos. Puede que os vaya mejor o peor. Implicación de los participantes, facilidad de asistencia a clases, nivel inicial, y muchas otras variables harán que vuestra experiencia sea diferente.

─ «Ya estamos viajando a países del norte de África y a Francia para poder hacer la primera toma de contacto en francés. Los clientes potenciales agradecen particularmente que las primeras palabras de las conversaciones las podamos tener en su idioma. Cambia muchísimo la primera impresión para el resto de la negociación». Business Development (multinacional de viajes).

***

─ «Necesitábamos rápido un inglés fluido, para hablar sin tener que estar traduciendo constantemente, y sobre todo con nuestro lenguaje técnico«. Directora de Recursos Humanos (Bufete de abogados)

***

─ «Nuestros ingenieros responsables de producción tenían problemas con unas piezas concretas de la fábrica de Francia, y gracias a las clases de francés han podido empezar a formar al personal de producción allí» Director de producción (empresa metalúrgica)

***

─ «El personal de atención al cliente e incidencias ya puede atender las quejas más comunes en español, gracias a casos prácticos precisos y adaptados a nuestro sector y a nuestra realidad laboral». Director de RR.HH. (empresa de turismo internacional)

***

─ «Hasta hace 3 meses, los términos financieros de ventas, cifras, gráficos, facturación, compras, gastos… y la jerga técnica inglesa me traían loco». Jefe de Ventas (empresa de venta de coches).

***

«Como gerente me repateaba mucho no poderme reunir con una empresa potente de las que me gustaría captar porque la entrevista comercial tenía que ser en inglés. De hecho hemos renunciado a algunas cuando nos han escrito y han dicho «en English». Y yo me he sentido frustrada. Saber que j**** una CEO de una empresa que va bien y que tiene un nombre y una autoridad, y no me puedo reunir en inglés con alguien porque no me defendería en el idioma.

Y luego cuando me han pedido una masterclass que hubiera sido un mercado para nosotros , no puedo enviar a otro consultor, porque me quieren a mí ahí, quieren a Lídia conferenciante pero en inglés y ahí he perdido negocio». CEO (empresa consultora B2B)

***

«Y bueno en las reuniones donde hay directivos, ya era habitual que sólo hable un 20%. Los demás se callaban por miedo a hacer el ridículo, a que su idea no sea la buena, por inseguridades, por bloqueos, por tener miedo a decepcionar a los jefes que hay ahí, por la presión…

 Si en una reunión normal ya estábamos desaprovechando un 80 por ciento de participación de gente que no hablaba porque siempre hablan los mismos (el otro 20%), imagínate si le sumas además la inseguridad del idioma.

Entonces ya se convertía en una reunión en la que se desaprovechaba todo el potencial de los directivos, donde solo hablaba alguno. Ni siquiera un 20%, sino solo algún avanzadillo en el idioma y siempre era el mismo. Entonces se perdía todo lo que los demás quieren decir, y ellos se sentían fatal y en ridículo por no ser capaces de expresarse, porque se le sumaban sus miedos profesionales, a los miedos del idioma» Directora ejecutiva (multinacional química)


¿Con esta formación se va a mejorar la implicación y asistencia a las clases? 

Soy consciente del enorme esfuerzo que dedican desde RR.HH. a montarlo todo, como para que luego los empleados no asistan.

Y es normal que pase cuando les enseñan cosas que no les sirven en su trabajo, ni en su vida personal. O cuando dejan recaer en el alumno la disciplina de conectarse a una plataforma de autoformación. Está más que demostrado que no funciona, con una tasa de abandono altísima.

No es lo mismo tampoco tener un C1 acreditado por Cambridge, que aplicarlo en una situación real de trabajo como una reunión, una negociación, una ponencia o momentos informales de networking con clientes. El vocabulario clave, las fórmulas de cortesía según con quien estemos y especialmente el tono son decisivos para evitar conflictos, más allá del puro conocimiento académico de ese otro idioma.

Para asegurar la asistencia y garantizar el aprendizaje, nuestros alumnos necesitan la guía de un buen tutor, que les enseñe justo lo que necesitan de una forma dinámica y motivadora.

Eso hace que nuestros alumnos se DIVIERTAN en clase. Un aspecto fundamental para aprender que nunca puede faltar.

 

Mira un par de ejemplos.

  • Francés (Tour Operadora): Trabajamos con role playing sobre destinos vacacionales, lectura y reflexión de un artículo de Le Figaro sobre viajes al sur de Francia y castillos en los Pirineos, además de conversaciones sobre reformas de casas en la Provenza.

  • Inglés (bufete de abogados): usamos clases de Harvard de Michael Sandel y entrevistas de Charlie Rose para hacer presentaciones individuales y debates (el formato de la OTAN), donde el candidato defiende su opinión frente a examinadores que adoptaban la postura contraria.

Son ejemplos de INMERSIÓN total y absoluta en lo que más necesitan aprender del idioma. Donde participan y se involucran.

¿Qué han conseguido nuestros alumnos con este método?

  Mejorar la comunicación con delegaciones o sedes centrales en otros países.

 Hablar con fluidez y entenderse en reuniones con otros directivos, proveedores y clientes de fuera.

 Captar en ferias a potenciales clientes, aprovechando la gran inversión que supone.

 

 Estar en una posición más ventajosa a la hora de negociar con clientes y proveedores.

 Abrir mercados haciendo la primera toma de contacto en el idioma local.

 Atraer inversores y socios estratégicos.

 

 Internacionalizar la atención al cliente y el soporte.

 Formar, sin necesidad de intérpretes, al personal de producción nativo, en las plantas industriales en el extranjero.

 Generar negocio en conversación casual entre reunión y reunión o en las comidas.

 

 Realizar un trabajo cualificado donde el idioma es un requisito fundamental.

 Satisfacer la voluntad de desarrollo personal de sus empleados.

 Eliminar la barrera del idioma en viajes de empresa y personales.

 

 Reducir los cuellos de botella que supone que un solo empleado con conocimientos del idioma extranjero tenga que apoyar al resto

 Hacer que las comunicaciones sean más naturales y evitar los errores que provoca el uso de los traductores automáticos.

✔ Aprendizaje de impacto centrado en las necesidades concretas del alumno, como la asistencia a un Congreso Internacional (para ofrecer una ponencia o participar en una mesa) o el traslado del trabajador en el plazo de 2 o 4 semanas a un departamento o sede ubicado en otro país.

¿Podremos aprender ruso?

Sí, y no solo ruso, sino que nuestros clientes aprenden francés, alemán, inglés, español, italiano, portugués… 

El idioma que queráis aprender es el que vais a aprender.

¿Cuánto dura la formación? ¿Cómo la organizas?

Tendremos una videollamada donde me contarás vuestra situación actual y objetivos, y os propondré la duración que crea más adecuada.

Adaptamos al milímetro cada formación. Esto es absolutamente innegociable para nosotros.

En cualquier caso, siempre trabajamos de 6 meses en adelante.

Por experiencia, sé que es el tiempo mínimo para que todas las personas que asisten puedan asimilar los aprendizajes e incorporar el nuevo idioma a su trabajo con la menor fricción posible.

Pero como te he dicho más arriba, NO tendrán que esperar seis meses para ver resultados. 

Para que te hagas una idea, te pongo un ejemplo de programación que podéis tener:

6 meses con 2 clases semanales de 1 hora y media diseñadas específicamente para las necesidades de tus empleados. (También tengo clientes que no pueden dedicar más de una clase por semana, y la formación se realiza en 9 o 12 meses).

 Nunca usamos contenidos grabados, las clases son 100% en directo. Presenciales o por videoconferencia, con profesores nativos.

Cada grupo que quieras formar, con un máximo de 10 personas, para un óptimo aprovechamiento de las clases.

¿Os encargáis de gestionarlo todo?

Si algo no le sobra al departamento de RR.HH. es tiempo.

Así que desde el primer momento nos encargamos de TODOS los trámites, gestiones y tareas que no sean estrictamente necesarios por vuestra parte.

Os lo damos todo masticado para que no tengáis que hacer prácticamente nada.

1) Asignamos al profesor con el mejor perfil,

en función de lo que queráis aprender y para qué. Siempre son nativos (o con un nivel bilingüe), especializados en negocios y con experiencia trabajando con personas similares a las de tu empresa.

2) Formamos los grupos mediante pruebas de nivel y objetivos.

Organizamos todas las clases del programa, tanto si son presenciales como virtuales. Os ahorraréis el trabajo de programar las aulas y avisar de las convocatorias por email.

Nos aseguramos de que la gente vaya a las clases. Aunque apuesto que esto no será un problema, por todo lo que te he contado.

Y por supuesto, ya que suele ser un trámite bastante farragoso, si así lo queréis…

3) También podemos gestionar aparte el crédito FUNDAE.

La formación es totalmente bonificable.

¿Qué garantías tiene?

Las empresas rentables confían y son muy conscientes de lo que significa tener buenos profesionales con ellos que les ayuden a dominar el idioma de sus clientes.

Llevo más de 10 años haciendo esto y he trabajado con éxito con alrededor de cien empresas que han reforzado su imagen y el estatus de la marca.

¿Cuál es el precio?

9.300 € + IVA *

* Para cada grupo de hasta 10 personas
* Durante 6 meses 
* 2 clases por semana de 1 hora y 30 minutos.

Es posible bonificar hasta el 100% esta formación, aunque en la práctica nunca he visto bonificar más del 97%.

El pago es 100% por adelantado antes de comenzar, por un motivo muy sencillo. Hay un compromiso de bloqueo de fechas conmigo y con los profesores durante un mínimo de seis meses. Si es bonificada con mayor motivo.

Si has leído con atención esta página y quieres contratar la formación, escribe un correo electrónico a:

artosusan@confiaconsulting.com

Decidas lo que decidas, que tengas un gran día.

Susanna Artó.

¿Cuánto cuesta NO hacer esta formación?

Aquí, en la Tierra, si lanzas una pelota hacia arriba, cuando deja de subir cae. 

Las consecuencias que esto tiene en tu negocio las sabes tú mejor que yo.

¿No crees que es mejor contratar personal que ya hable el idioma que necesita, en lugar de formar a los que tengo?

Es tu decisión. 

Con los años me he dado cuenta de que casi siempre es más rentable formar en idiomas a tus empleados más comprometidos que no contratar a un bilingüe, enseñarle todo el negocio y que se vaya el próximo año a la competencia.

Se tarda tiempo en enseñar a alguien las funciones de su nuevo puesto de trabajo y la cultura de la empresa. Y mientras, le estás pagando el sueldo íntegro y probablemente otras formaciones internas.

En cambio, enseñar a comunicarse con fluidez en un idioma a un empleado comprometido, que ya sabe cómo va todo, es mucho más rentable.

Lo sé porque hace unos años lideraba un departamento de RRHH.

Y era realmente complicado encontrar a alguien que ya estuviera formado, que encajara con la cultura empresarial, se ajustara al sueldo que podía pagarle, y que, además, hablara uno o varios idiomas con fluidez.

Tanto, que llegué a conformarme con algún candidato menos bueno a nivel profesional solo porque dominaba un idioma, antes que otro mucho mejor preparado para el puesto que no lo hablaba.

Y luego llegaban los problemas con los objetivos, productividad, etc.

O peor, 

los que conseguían adaptarse, en cuanto cogían un poco más de experiencia se iban con la competencia porque les pagaban un poco más o les quedaba más cerca de casa.

Professional Languages 4 Business