Una formación de ventas obscenamente adictiva
Yo era una de ellos.
He aguantado más horas en salas de espera de las que quisiera reconocer. Me han plantado en citas. He dejado de ver a mi hija infinidad de veces, de llevarla al parque, fiestas, cumpleaños, por una visita importante que ya tenía proveedor. He conducido lejos, muy lejos, para decirme que mejor llame mañana, o que hagamos la reunión online, y perderme de regreso. Cientos de llamadas y visitas en frío que acabaron con envíame un email con más información y un sí bwana... Miles de horas perdidas redactando propuestas detalladas para gente que nunca más respondió a mis llamadas ni a mis correos. Riendo las gracias de narcisitas, accediendo a exigencias y peticiones de psicópatas profesionales. He sentido cómo me iba pudriendo lentamente enterrada en eternos seguimientos de prospectos morralla, que no había tenido el valor de descualificar y nunca me iban a comprar. Puro amor no correspondido. He tragado mierda y más mierda queriendo vender y crecer, dejándome la dignidad por el camino.
Lo malo es que a veces había match. No mucho. Y eso perpetuaba lo que hacía.
Eso era lo peligroso.
Podía quedarme con lo que vendía y olvidarme de todo lo que no vendía. Y de que otros vendían diez veces más que yo.
Pero era buena torturándome por mis errores. Autocrítica.
Sabía que tenía margen de mejora
Y quería más de lo que tenía.
Estudiaba, analizaba, corregía, repetía y perseveraba.
Y un día empecé a tener resultados en lugar de oportunidades eternamente abiertas.
Luego la bola de nieve cogió inercia. Cada vez más rápida. Más grande. Imparable.
Que eso no te despiste. No estoy aquí para contarte mi vida. Solo para enseñarte que estás más jodido de lo que podrías, mereces o deberías.
Y para decirte qué hice yo para salir de ese círculo y obtener lo que podía, merecía o debía.
A partir de ahora, si así lo decides, con lo que vas a aprender ya no tienes que pasar por lo mismo. Ni por una milmillonésima parte. Se te va a abrir el cielo, como a Moisés las aguas del Mar Rojo.
O puedes seguir preguntándote si esta formación tiene sentido.
Una formación muy adictiva,
que no solo la acabarás, es que la implementarás y verás los resultados. Como te digo, muy adictiva. En todo caso, si quieres que te cuente de qué va exactamente, debes leer.
Además, es una formación a la que recurrirás muchas veces y pasados muchos años, como ha pasado siempre con mis formaciones. Por tanto, no solo será una enorme inversión aquí y ahora, lo será de por vida.
Entonces…
Si tienes problemas con tus ventas, lee esto—
Técnicas de venta
*para todo tipo de vendedores
Un cliente me contrató, era lógico, mi currículum es la hostia. Así que empezamos a trabajar, el tío estaba encantado, tanto que un día me invitó a comer. Durante la comida me preguntó qué había estudiado. Fue ahí cuando entendí que lo de menos era el producto que vendía.
Esto es algo que quizá no te guste y te puede costar aceptar.
La gente que vende mucho, no soluciona problemas. Ni siquiera habla de las características de su producto. Tampoco de sus beneficios, eso está algo mejor, pero no deja de ser una técnica para principiantes.
La gente que vende muchísimo jamás habla de soluciones a problemas, solo diagnostica.
Investiga, encuentra, profundiza, mete bien el dedo en la llaga, hurga en la herida, y cuando el cliente potencial está a corazón abierto, hacen que sea él quien les cuente, respondiendo a sus preguntas, cómo sería su vida si esos problemas desaparecieran.
Y entonces hacen lo último que esperarías.
Le dicen que aunque tienen un remedio, no les sirve. Que su caso es demasiado difícil para darle solución, y le cuentan además, dos o tres desventajas de su producto o servicio.
Y se callan.
Y si todo esto está hecho con naturalidad y son capaces de guardar silencio durante suficiente tiempo, cierran la venta.
Eso es crear tensión y lo demás son tonterías.
Por eso, a menudo, los mejores vendedores son los que menos saben del producto que venden. A mí, sin embargo, sí me gustan los vendedores que saben de su producto.
Porque les enseño técnicas que les permiten proyectar que están calmados incluso el día que se cruzan con un cliente más caliente que mi perro en celo, y eso les hace imparables.
Bien.
En esta formación vamos a diseñar tu proceso de venta. Y no te preocupes porque yo nunca haya vendido ensaimadas de Mallorca ( o lo que sea que vendas). Ni si son de esas malas ensaimadas porque da igual. El producto es lo de menos. Yo te voy a enseñar a vender.
Para ser un experto en producto ya estás tú y por eso vamos a hacer un tándem cojonudo.
—Con esta formación, cambiará, para siempre, lo que pasa cuando hablas con un cliente potencial.
TÉCNICAS DE VENTA es una formación presencial o en videoconferencia, de mínimo 20 horas de duración, en la que expongo las técnicas y prácticas más importantes para cada paso del proceso de venta:
- Mentalidad para la venta
- Visita de captación y de venta
- Prospección
- Seguimiento
- Gestión de objeciones
- Propuesta comercial
- Cierre
—TARIFA: desde 4.500 €, el presupuesto lo decides tú.
Mi trabajo consiste en proponerte la mejor formación que se puede hacer por la cuantía que deseas invertir.
Trabajo con inversiones desde 4.500€ (impuestos no incluidos).
A partir de ahí puedes invertir cuanto quieras, que siempre tendré más para darte. De todas formas, la inversión recomendada que requiera tu proyecto te la diré en una reunión por videoconferencia.
Por menos no acepto nuevos clientes.
• Briefing previo
• Buenas prácticas para todo el proceso de venta
• Un mes de soporte ilimitado por email
• Límite de 15 alumnos
• Únicamente presencial o videoconferencia
• Precio: desde 4.500 + IVA
• Pago por adelantado en el momento de la reserva
Si hasta ahora te encaja todo, sigue leyendo el desglose de la formación. 👇
1. MENTALIDAD para la venta — Miedo, complejos, falta de autoestima, mentalidad de escasez.
Estas son algunas de las cosas por las que los vendedores no saben vender o venderse. Y saberlas, puede quitarte prejuicios respecto a la venta.
No solo es posible que te pase a ti, en este país es algo que abunda, por desgracia. Muchas veces somos de echar pomada en la herida, más que de remediar. En ocasiones tenemos miedo al éxito, y criticamos a los que tienen éxito. Lo mismo que a ganar dinero.
Verás, todo el mundo es vendedor, solo que algunos no lo saben. Siempre vendemos algo. Todos lo hacemos. En casi cada interacción que tenemos con los demás.
¿Eso es malo, es bueno? Qué más da. Simplemente es.
Saber vender es la habilidad que más ingresos te va a dar. A no ser que no quieras facturar más y ganar dinero, en ese caso no te servirá de nada, claro.
Elimino la mentalidad de necesidad que hace que algunos vendedores persigan prospectos eternamente sin llegar nunca al cierre, y que les lleva a situaciones como las siguientes:
2. VISITA DE CAPTACIÓN— Si hubiese una forma para convertir el 15%, 25% o más del 50% de tus visitas a clientes… ¿cuánta facturación extra te resultaría?
Hablas con un potencial cliente que promete. De pronto no sabes bien cómo, pero pierdes el control de la conversación y, por decepciones pasadas, sabes que acabas de perder la venta.
¿Por qué ha pasado eso?
¿Qué pude haber hecho para evitarlo?
¿Qué puedo hacer la próxima vez para saber en todo momento qué decir?
Bueno, ni siquiera los mejores vendedores del mundo pueden cerrar todos los clientes que visitan. Pero aún así cierran muchos más que el profesional de ventas promedio. Eso es porque entienden la conversación mental del cliente, y han implementado tácticas y estrategias de ventas efectivas.
Entonces, si tu equipo está matando ventas, puede que no sea por falta de esfuerzo. Puede ser simplemente porque están usando métodos equivocados que hacen que, personas que necesitan tu producto o servicio, no compren y se vayan sin la ayuda que necesitan, o la alegría que el producto puede darles. Simplemente porque no han sabido cómo guiarles hacia lo que era mejor para ellos.
Liderar la conversación no es cuestión de convencer a alguien de que tiene un problema. Si alguna vez has intentado, sabes perfectamente lo inútil que es.
Aquí te enseñaré una estructura perfecta de conversación con el cliente para dejar de improvisar. Y entre otras muchas cosas te diré:
- Qué hacer si no estás hablando con el verdadero tomador de decisiones.
- Cuándo hablar y cuándo callarse.
- Cómo y cuándo hablar de precio y sentir una confianza natural al hacerlo.
- Cómo vender y posicionar de manera única tu producto o servicio de tal forma que tus clientes prácticamente firmen en una servilleta.
- Cómo saber lo que quieren tus clientes y darles lo que realmente necesitan.
- Cómo hacer que tu cliente tome una decisión rápida sin hacer ofertas.
- Qué preguntas poderosas debes hacer a tu potencial cliente para llegar al cierre como una consecuencia natural de la entrevista.
3. PROSPECCIÓN— Tus vendedores son excelentes en lo que hacen. Pero conseguir clientes no es algo natural para ellos.
Puedes tener el mejor producto del mundo, puedes tener el mejor servicio del mundo, puedes ofrecer un gran valor, puedes ser el mejor vendedor… y aun así morirte de hambre.
Uno de los principales problemas, si no el principal, que tienen la mayoría de equipos comerciales es su capacidad para conseguir clientes de forma constante y predecible.
Saber quienes son los clientes que más interesan y cómo conectar con ellos.
Aquí veremos la respuesta a esta pregunta y cómo plantear un proceso de ventas sin desperdiciar tiempo y presupuesto en acciones que no sirven para nada.
Piensa,
→ ¿Cuántos buenos prospectos les ignoran porque les faltan las palabras exactas para captar su atención?
→ ¿Cuántos les dicen «No me interesa» simplemente porque no podían ver en qué sois diferente al resto. Que sois quienes realmente pueden ayudarles?
→ ¿Cuántos potenciales clientes pierden porque no saben qué decir para que les pasen con el decisor?
No debería llevar años, ni siquiera meses, obtener un flujo consistente de clientes ideales.
La gran mayoría de vendedores no van tras los clientes que realmente quieren porque no saben cómo encontrarlos. Cómo llegar a ellos. Y, a menudo, cómo cerrar la reunión rápidamente. Por eso trabajaré directamente con tu equipo para elaborar un mensaje simple, convincente y llamativo. Diseñado específicamente para captar la atención y el interés de tus clientes ideales.
Te ayudaré a construir una lista de «clientes potenciales soñados» y te mostraré cómo poner el pie en la puerta con cada uno de ellos.
Tendrás los guiones, correos electrónicos, mensajes directos (LinkedIn) y llamadas que me han ayudado a mí (y a otros) a vender centenares de productos y servicios diferentes.
4. SEGUIMIENTO— Sangriento.
«Me daba miedo resultar pesada, así que no insistía mucho. Luego llamé a un cliente que yo pensaba que estaba a punto y me dijo que no se acordaba de mí. ─Para cuando tú tienes la sensación de que estás siendo pesado, el cliente empieza a acordarse de tu nombre».
Escucha bien.
Puedes tolerar el trabajo duro, tolerar la ansiedad, tolerar el fracaso y tolerar el rechazo, pero no toleres el aburrimiento. No entiendo cómo no me había dado cuenta antes de cuánto lo odiaba. Hablo de hacer seguimiento a los clientes potenciales.
Esa sensación de estar tirando mi vida a la basura que sentía cuando después de días, semanas o meses de estar hablando con alguien, me daba cuenta de que esa persona jamás había tenido la menor intención de comprar.
Así que me me obsesioné por diseñar un proceso de venta en el que quien no tenga intención de compra ni siquiera pueda entrar, y en el que quien quiera comprar no tenga la oportunidad de hacer preguntas vacías que no van a ningún sitio.
El vendedor promedio aborrece realizar seguimiento eterno a quien no ha comprado. Le entiendo perfectamente. Porque, ¿realmente son oportunidades? ¿realmente están abiertas?
Lo que sí que está claro es que hay que dedicar tiempo, esfuerzo y energía al seguimiento de las mismas.
Tragar mucha mierda.
Mira.
Hay una pregunta que me hacen mucho, pero solo me la hacen un tipo de personas.
«¿Durante cuánto tiempo tengo que hacer seguimiento a un cliente potencial que ha mostrado interés?»
Esa es la pregunta.
Durante años también buscaba la respuesta.
Me obsesioné. Leía libros sobre ventas dedicados exclusivamente al seguimiento. Lo que iba encontrando decía, un mes, tres meses, seis meses, un año, dos, o hasta que te compre.
Lo fui probando todo.
Y nada parecía tener sentido. No encontraba la respuesta correcta.
He vendido a gente tres años después de que me hubieran contactado pese a que nunca les había hecho seguimiento y también he vivido lo contrario.
En fin. Perdiendo tiempo y clientes durante años, di por fin con una respuesta más rentable que cualquiera de las que he encontraba en libros y formaciones.
Y te la voy a dar.
La respuesta es que no hay una correcta. Porque la pregunta no está correctamente planteada.
La única pregunta que tiene sentido plantearse es a quién debía hacer seguimiento.
Cómo detectar, de entre todos los coleccionistas de propuestas, medallistas y acomplejados, solo a los que se merecen nuestro seguimiento.
Porque cuando sabes responder a esa pregunta los seguimientos que debes hacer son pocos y durante poco tiempo.
Aunque te decía que esta pregunta solo la formulan un tipo de personas.
En concreto, aquellos que no han hecho esta formación.
Porque quienes la han hecho ya saben identificar, tras quince minutos de conversación, quién va a comprar y quién no.
Y no solo eso.
Algo que también saben hacer quienes la han realizado es llevar la relación vendedor-cliente a las últimas consecuencias en la primera conversación y así dedicar su tiempo a no hacer cosas insufribles que les quitan las ganas de vivir.
Cuando haces un buen proceso de seguimiento, no sólo estás vendiendo más con menos esfuerzo, sino que le estás haciendo un gran favor a tus clientes.
- ¿Qué hago cuando el cliente me dice que se lo tiene que pensar?
- ¿Qué respondo cuando el cliente me dice que «se ha decantado por otra opción»?
- ¿Cómo hago seguimiento sin parecer desesperado?
5. OBJECIONES— Qué decir a los clientes y prospectos en cualquier situación
El mundo no lo puedes cambiar, pero puedes mejorar tu proceso de venta.
Tus palabras pueden convertir una ventaja en una objeción, y también una objeción en una ventaja.
Por eso, solo durante una pequeña parte de la formación explico cómo contestar objeciones, porque lo importante, lo verdaderamente importante, es evitarlas.
Conseguir que no aparezcan.
Y si se llama de «gestión de objeciones», y no de «evasión de objeciones», solo es porque el segundo título no vendería nada.
Estoy harta de ver a vendedores que pasan la vida sufriendo por llegar a objetivos por el simple hecho de que no saben cómo contestar a sus clientes potenciales.
Aquí te digo cómo tienes que pensar, cómo tienes que actuar y qué palabras exactas debes usar (y en qué momento), para que el proceso de venta fluya como un perezoso deslizándose por el tobogán de un parque acuático.
Y que después de hablar contigo, la única opción que tenga ese cliente, sea la de extender su brazo y estrechar tu mano.
Entonces, anticiparás y evitarás objeciones para prevenirlas. Y en el caso inevitable, las desactivarás y abordarás con éxito en cualquier fase del proceso de venta. Prospección, entrevista comercial, o cierre.
- «Tu precio es demasiado alto».
- “Nos hemos decantado por otra opción”.
- “¿Tienes experiencia en nuestro sector?”
- “¿Garantizas resultados?”
- «Estamos contentos con lo que tenemos»
- «No me interesa»
Y muchas más…
Con un lenguaje simple y conciso, resolverás cualquier fricción de tus prospectos y clientes.
6. PROPUESTAS GANADORAS— Secretos para redactar propuestas de alta conversión.
La mayoría de vendedores y empresarios pueden identificarse con esto porque son los obstáculos que los clientes imponen y exigen a los proveedores.
Y asumimos que es así como funcionan las ventas.
Concertar reunión > tener reunión > enviar propuesta > hacer seguimiento eterno.
Pero mientras tú redactas propuestas extensas, regalas tus mejores ideas y probablemente pierdes clientes, los hay que envían informes de una página, les pagan bien por entregar sus ideas y ganan constantemente clientes.
Bien.
- ¿cómo puedo evitar el proceso insufrible de enviar propuestas?
- ¿cómo se reduce una propuesta de 30 páginas a una página?
- ¿cómo consigo que me paguen por mis ideas, mi estrategia, en lugar de regalarla para demostrar que soy capaz de hacer el trabajo?
Y lo más importante, ¿por qué hacerlo así, funciona?
La clave está en dejar de dar al cliente lo que quiere y utilizarlo como ventaja competitiva.
En saber qué responder a solicitudes de propuestas para evitar entrar en esa ratonera.
Saber qué escribir en lugar de una propuesta.
Y finalmente cómo hacerlo.
En la formación profundizaré en cada una de estas claves. Pero te adelanto que La Regla de Oro para la presentación de propuestas es:
La propuesta son las palabras que salen de tu boca. El cierre lo consigues en la reunión. No en un papel.
La gran mayoría de clientes potenciales están condicionados a pedir propuestas. Y las piden. Pero un cliente potencial que se encuentra en una etapa avanzada y que participa en un proceso de selección para determinar si tiene o no sentido hacer negocios contigo, no necesita una propuesta por escrito.
Necesita saber que comprendes su problema y sabes cómo ayudarle.
El trabajo del documento no es “convencerlo” o hacer que esté de acuerdo. Ese es tu trabajo, y es un trabajo que debes hacer durante la reunión.
El objetivo de la reunión es conseguir el compromiso de tu potencial cliente y cerrar.
Te diré cómo puedes asegurar acabar las reuniones sin que te pidan una propuesta y que te den el SÍ o el NO en la propia reunión.
A conseguir acuerdos que se cierran y se firman en la reunión.
A reducir la propuesta a un puro trámite para que lo firmen de inmediato. Qué redactar y en qué formato.
7. CIERRE— Consecuencia natural.
Muchos potenciales clientes creen que le están haciendo un favor al vendedor al darle una cita. Piensan que deberían estar agradecidos y asumir un rol de servidumbre. Por eso, encontrarás con frecuencia vendedores calentando silla en una sala de espera.
No hay clientes malos, sólo malos vendedores. Simplemente han desarrollado su forma de actuar en respuesta a las conductas y técnicas que los vendedores utilizan con ellos.
Si eres como la mayoría, muy probablemente apliques algún tipo de sistema tradicional de ventas.
– Vendes basándote en características y beneficios.
– Guardas información como el precio y las condiciones de pago hasta que hayas transmitido tu “valor” (típicamente durante la propuesta final).
– Te apoyas firmemente en tus habilidades de presentación para cerrar la venta.
– Usas una amplia variedad de técnicas de cierre.
Probablemente, y justo por eso, cada vez más los clientes “quieren pensarse” tus propuestas.
Mira, ese sistema de venta antes funcionaba, por eso ha sobrevivido tanto tiempo. Pero sus técnicas y enfoques ya no son tan efectivos.
Te mostraré que hay un mejor camino.
Puede que no consigas todas y cada una de las ventas, pero sabrás qué está pasando en cada visita. Y lo más importante, sabrás qué hacer al respecto en la próxima.
Las ventas no se ganan o se pierden cuando el cliente potencial no responde a tus llamadas. Las ventas se ganan o se pierden en la reunión, inmediatamente después de que estableces la confianza. Mostrando cómo será trabajar contigo.
Tu trabajo es guiar al cliente a través del proceso de compra, nunca presionar o convencer.
Desapegado.
Cuanto menos apegado emocionalmente estés al cierre, más efectivo serás. Tendrás la libertad de evaluar si es realmente un buen prospecto. Recuerda, no todos cualificarán y eso está bien porque tu misión no es trabajar con todos.
Comenzando con una conversación en la que estás tratando de ver si puedes ayudar.
No estás tratando de vender algo desde el principio.
Eres un oyente activo.
Haces buenas preguntas para saber qué está pasando con ese cliente potencial y generas empatía por lo que está atravesando, para decidir si tiene sentido continuar la conversación y dar el siguiente paso juntos.
Y recuerda que esto es solo una conversación.
Es realmente así de simple. Es una conversación como la que tendrías con cualquier otra persona en tu vida. No pretendo restar importancia a lo que debe suceder en esta conversación, lo verás dentro de la formación, pero será mucho más divertido y efectivo si eres tú mismo.
** Preguntas Frecuentes **
— ¿Hay costes extra?
— ¿Y tú quién eres?
— Lista de espera
Desde que me contrates hasta que podamos empezar la formación pasará algún tiempo. Normalmente empezamos a trabajar 3 semanas después del primer contacto. (Si haces el pago en el plazo que te propongo y no hay lista de espera)
— Acerca del precio
Si mis tarifas te resultan altas puedes comprar cualquiera de los cursos que vendo a menor precio. Para ello primero debes suscribirte a mi newsletter.
Si eso también te parece alto puedes comprar mi manual, El Libro de Oro de las Objeciones.
Si no te puedes permitir contratarme, no pasa nada, lo respeto, pero no es necesario que me escribas para decirme que soy cara o intentar negociar.
Estás contratando a alguien que ha ganado suficiente dinero como para retirarse haciendo exactamente lo que enseña en sus formaciones. Teniendo en cuenta eso, el valor de lo que enseño es de muchas veces su precio.
Lo que enseño funciona para vender altas cantidades si el alumno está abierto a nuevas ideas, dispuesto a cambiar viejas costumbres y creencias, y es suficientemente valiente como para hacer cosas distintas a las que está acostumbrado a ver en otros.
— ¿Es rentable?
Lee el párrafo anterior.
— Quién no debería contratarme nunca
- Tus vendedores o empleados nunca te han pedido formación. Es más, uno de los requisitos que pongo antes de trabajar es que la asistencia a las sesiones sea opcional. No se puede obligar a nadie a que acuda. El aprendizaje no funciona así.
- Si piensas que tu caso es único, especial y no se parece en nada a lo que ha ocurrido antes en la historia de la humanidad.
- Si en tu equipo hay gente más preocupada por demostrar su particular visión moral y dilatada experiencia, que por vender grandes cantidades, lo siento pero no puedo ayudarte.